Descanso en Abegondo
Desde el albergue de Miño dejaremos el mar para adentrarnos en el interior, comenzando con un buen ascenso hacia Ponte do Porco. Una empinadísima cuesta, luego bajada y nueva subida, hasta San Pantaleón das Viñas y su bonita iglesia románica. Una nueva subida y un nuevo descenso, en esta ocasión a Betanzos, hermoso pueblo, lleno de historia y monumentos junto a las marismas, junto al río Mandeo; luego pasamos por el arco da Ponte Vella, una de las puertas de la muralla medieval, y ascendemos hacia el pueblo, visitando la iglesia de Santiago y poniendo el sello para salir de la histórica villa pasando por el puente de As Cascas, sobre el río Mendo.
Abandonamos el casco urbano de Betanzos por una empinada cuesta que nos sitúa nuevamente en terreno rural y por el que entramos en el municipio de Abegondo. Pasamos ante la iglesia de San Antonio de Cos, el puente de Presedo, seguimos por monte y pasamos varios bosques de eucaliptos y carballos hasta llegar a Casa Julia, donde paramos a comer una rica comida casera ¡como se valoran las cosas tras un poquito de esfuerzo!
Hasta aquí hemos venido por un continuo rompe-piernas, cómodo pero incesante, pero, según nos dicen todos los oriundos, a partir de aquí empieza lo fuerte. Efectivamente, nada más salir del restaurante comienza una empinada cuesta que subimos andando desde principio a fin, primero por asfalto, luego por una amplia pista forestal entre bosques de eucaliptos; paciencia y tranquilidad, grandes virtudes. De esta guisa, y sin el menor atisbo de agobio, nos adentramos en el concejo de Mesía, y avanzamos por campos agrícolas hasta la aldea de Bruma, donde se encuentra el acogedor albergue junto a un arroyo que hace las delicias de cualquiera.