Camino de Santiago Portugués. Etapa 09
Esta noche hemos dormido de maravilla, a pesar del gran número de peregrinos que había en el albergue, teníamos una habitación en donde solamente estábamos cuatro y, cuando nos hemos despertado, ya solo quedábamos nosotros y otros cuatro peregrinos que, poco a poco, van saliendo. Nos ponemos a desayunar y, entre tanto, aparece un peregrino que se dirige hacia Fátima y que solo quiere sellar, no habiendo nadie de la Asociación hago de hospitalero y le doy cuanta información necesita, pero no localizo el sello, así que tiene que marcharse sin sellar.

El tiempo es estupendo y no se ve una sola nube en el cielo, pero no hace calor; ya pasaron hace tiempo aquellos días de bochorno inaguantable y ahora el sol es para disfrutarlo. Iniciamos ruta atravesando Sáo Pedro de Rates y continuando por una pista forestal durante seis kilómetros hasta llegar a Pedra Furada, donde el trazado del Caminho se cubre de asfalto y continúa por la carretera N-306 durante tres kilómetros hasta llegar a Pereira, donde se desvía por una carretera vecinal que nos lleva hasta Pereiró y luego a Barcelinhos. Cruzamos el río Cávado y entramos en Barcelos, la ciudad del famoso galo portugués. Visita turística a la ciudad, compra de souvenirs incluída, y nos dirigimos a una tienda de bicis donde le arreglan los frenos de disco a la bici de Josu, ya que le estaban dando problemas.

Salimos de Barcelos y seguimos por carreteritas vecinales hasta Vila Boa, para seguir por caminos de tierra hasta Arantes y por una combinación de ambos, en fuerte ascenso, hasta Portela de Tamel, con su nuevo albergue de peregrinos, donde paramos a comer en un restaurante con una estupenda terraza climatizada ¡como se aprecian estos buenos momentos tras un buen esfuerzo!

Tras la fuerte subida y la estupenda comida, ahora toca bajar, y lo hacemos por un tramo de bosque bajo combinando asfalto y tierra hasta la ribera del río Neira, que cruzamos por el Ponte das Tábuas, para seguir por las aldeas de Balugáes, Devesa y Outeiro, donde nos espera un fuerte ascenso hasta el Alto de Albergaria. Todo lo que sube baja y el descenso, por pistas forestales, es una gozada. Llegados a Albergaria seguimos por pistas de tierra entre cultivos de regadío y caserío disperso hasta llegar a Ponte de Lima y cruzar el puente romano para llegar a su estupendo albergue de peregrinos, donde Ovídio De Sousa, nos recibe con los brazos abiertos mostrando una estupenda hospitalidad ¡y van dos seguidas, que maravilla! Nos vamos a hacer las compras al centro del pueblo, la visita turística, y la pertinente cervecita en una terraza antes de volver al albergue. Mientras preparamos la cena conocemos a Antonio López, un experimentado peregrino malagueño muy simpático, con el que tenemos una larga charla. Luego, mientras cenamos, también tenemos una agradable charla con Ovídio De Sousa, hospitalero de vocación y uno de los impulsores del albergue de Ponte de Lima, nuestra casa de hoy.